El motivo por el cual nuestra institución decidió elegir +Bio como el emprendimiento de limpieza sustentable a apoyar, difundir e incorporar dentro de nuestros emprendimientos, sin fines de lucro, de triple impacto, forma parte de una historia muy especial, la cual hoy también deseamos compartir. 

Dentro de aquellos «estudios profundos» que figuran como parte del objetivo principal de nuestra institución, y desde su parte educativa denominada Valum Chivim Escuela de la Vida, mediante la cual se imparte de manera muy innovadora la formación en el Método Anthena Arcturus®, la limpieza y el orden de los espacios cobra un sentido principal permitiéndonos poner en práctica principios fundamentales que están alineados a su vez con el objetivo principal de nuestra institución: «el perfeccionamiento y purificación del Ser en el plano físico, mental, emocional y espiritual, a través de estudios profundos para el despertar de la consciencia«(ver más ingresando aquí).

Y siendo una de las herramientas pedagógicas de dicho método el aprendizaje y enseñanza a través del ejemplo, de forma muy concreta nuestra Fundadora nos fue mostrando mediante sus propias acciones, a lo largo de los años, y como parte de este proceso de aprendizaje e incorporación de nuevos valores, la importancia que tiene la limpieza y orden en nuestras vidas, dicho de otro modo el perfeccionamiento y purificación (tal como lo revela nuestro objetivo principal), no sólo de nosotros mismos para cumplir así verdaderamente con nuestro servicio como guardianes del mundo, sino también de nuestros espacios debido al impacto que generamos a través de ellos y viceversa, junto con la comprensión de que así como se ve afuera, estamos adentro, es decir, si vemos suciedad y desorden afuera, es en verdad la misma suciedad y desorden que llevamos dentro proyectada afuera, pero generada en realidad en nuestro interior, una suciedad y desorden que desde nuestro hogar proyectamos luego a nuestra ciudad, la cual en nuestro caso se encuentra nada menos que dentro de un parque nacional, visitado cada año por millones de personas de todo el mundo. Entonces nuestra Fundadora/Presidenta nos preguntaba; Cuál es el ejemplo que desean dar? Claramente debíamos cambiar. 

Recibimos todo esto como un acto de cuidado, gratitud, en definitiva, de amor, tanto hacia nosotros mismos, como a las personas con las que convivimos en dichos espacios, al lugar en sí y por resonancia a todo nuestro planeta, un acto que hoy compartimos con la sociedad como fruto de nuestra propia experiencia, y en base a muchos estudios, confirmamos que además de tener una implicancia evidente en el plano físico, sin duda alguna, también la tiene en el plano mental, emocional y espiritual. 

«Cuando comenzamos a estudiar en Valum Chivim Escuela de la Vida, íbamos a las clases de estudio y observábamos el orden, la belleza y la armonía en cada rincón de ese maravilloso lugar, sentíamos que allí habitaba una vibración muy especial, dado que cada elemento encontraba su perfecto lugar, luego al llegar a nuestros hogares nos dábamos cuenta que la diferencia era sustancial y cómo eso nos predisponía de formas completamente diferentes para las experiencias diarias. Todo lo que se aprende a través del Método tiene como desafío ponerlo en práctica, así es que llevamos intencionando verdaderamente desde hace ya 8 años, en aprender a discernir la profunda diferencia entre un espacio limpio y ordenado, y uno cargado de suciedad, desorden, aprendiendo el impacto destructivo que esto genera en nuestra psique, estudiando por medio de pruebas muy concretas y tomando registro de nuestras experiencias. Comenzamos a comprender la urgente necesidad de purificarnos y perfeccionarnos, vinculándonos con los espacios de una manera muy distinta a la que conocíamos. Paso a paso, nuestra consciencia comenzó a expandirse más y más, comprendiendo las profundas enseñanzas de nuestra Fundadora cuando decía: ‘… todo a nuestro paso merece: ser amado, honrado y respetado«. Tec. en Turismo Jessica Velásquez. Dir. del Área de Turismo Sustentable de Fundación Anthena Arcturus. 

Así comenzamos, en base al ejemplo recibido, con nuestra propia limpieza no sólo interna, sino también externa en nuestros hogares y lugares de trabajo, para luego desde el Área de Turismo Sustentable junto al Área de Medio Ambiente de nuestra institución comenzar a realizar limpiezas comunitarias en lugares públicos, en nuestros barrios, en nuestra ciudad, expandiendo también estas propuestas incluso mucho más allá. Invitando a otras instituciones, uniéndonos con aquellos que buscaban también transformar nuestra huella destructiva en una huella constructiva, considerando además la relevancia natural del espacio dentro del cual vivimos.

«La ciudad de San Carlos de Bariloche está situada dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, y si bien nosotros como humanos podemos establecer límites políticos que marquen diferencias en este sentido, la naturaleza no entiende de dichos límites y la interrelación entre las diferentes áreas, protegidas y no protegidas, está implícita. Sabemos que el desarrollo urbanístico y turístico no tiene en cuenta esta realidad, y el crecimiento demográfico y, por lo tanto, de consumo es cada vez mayor, así como lo es la huella destructiva que estamos dejando en tantos sentidos». Ing. Lucía Faini. Dir. Área de Medio Ambiente de Fundación Anthena Arcturus 

En determinado momento de nuestro crecimiento nuestra Fundadora/Presidenta nos invitó incluso a ir un poco más allá, nos invitó a preguntarnos qué sentíamos con respecto a los productos de limpieza con los cuales estábamos limpiando nuestros hogares o lugares de trabajo, ya que muchos de ellos eran altamente contaminantes y esa contaminación no sólo era a nuestro entorno, también era perjudicial para nuestra salud física y, por lo tanto, mental, emocional y, por lo ende, espiritual. Para ese entonces, impulsada también por nuestra Fundadora/Presidenta, nuestra Área de Alimentación Consciente y Saludable, había presentado los primeros informes con respecto a la composición de nuestros alimentos, realizando actividades de concientización en las que se nos invitaba a reflexionar con respecto a de qué nos nutrimos, qué consumimos en nuestro día a día, poniendo espacial atención en aquellos alimentos procesados, elaborados industrialmente, los cuales contienen ingredientes que no sólo se pronuncian de forma extraña, sino además en verdad son químicos que atentan contra el armonioso desarrollo de nuestra salud física, mental, emocional y, por ende, espiritual. 

Y así, a través del innovador y revelador Método Anthena Arcturus® nos lanzamos en una profunda investigación, la cual nos invitó a expandir nuestros horizontes e indagar también en cómo, a través del tiempo, los productos de limpieza fueron siendo cada vez más contaminantes a medida que fuimos avanzando en el siglo XX. Y mientras se imponía un estilo de vida cada vez más agitado, fueron surgiendo aparentes soluciones en productos que nos «facilitaran» la vida, los cuales comenzaron a elaborase con químicos perjudiciales para nuestra salud. Y si bien la mayoría de las empresas que los producen alertan de las consecuencias de estas sustancias a corto plazo, no se habla de las consecuencias a largo plazo, tanto para la Madre Tierra como para nosotros mismos, daños comprobados en nuestra piel, vías respiratorias, afecciones al sistema nervioso y, por supuesto, consecuencias psicológicas por los malestares provocados.

«Un estudio realizado por la EPA (Agencia americana de Protección del Medio Ambiente), muestra que la mayoría de los productos de limpieza que se utilizan en el hogar contienen ingredientes capaces de dañar ecosistemas e  incluso la salud de los seres humanos. Y no sólo eso: esos estudios han puesto de manifiesto que el aire del interior de los hogares puede estar incluso más contaminado que el exterior. Hoy en día existen entre 120.000 y 150.000 sustancias químicas sintéticas con las que convivimos a diario, y aunque se hayan estudiado cada una de ellas a nivel individual, poco se sabe de su «efecto cóctel». Por eso el paradigma de la toxicología está cambiando y ya se ha demostrado que exponerse a dosis muy pequeñas de forma prolongada en el tiempo no sólo no es bueno, sino que puede llegar a resultar peligroso para nuestra salud.« Extracto de investigación realizada en conjunto entre el Área de Turismo Sustentable y Ciencia, Investigación y Tecnología de nuestra institución (para ver la investigación completa haz click aquí).

Paralelamente, las investigaciones del Área de Medio Ambiente y los reportes conjuntos con otras instituciones crecía en su labor, revelando que los índices de contaminación del Lago Nahuel Huapi cada vez son más alarmantes y aquella iniciativa popular que comenzamos en el año 2013, a través de la cual se reunieron más de 10.000 firmas de vecinos de la ciudad con la finalidad de salvar el último cipresal que quedaba en una de las zonas más boscosas de Bariloche, zonas que corren altos riesgos ambientales al ser tan modificados por el hombre, tenía un sentido fundamental, tal como cada acción que realizamos a través de la campaña que nació de dicha iniciativa: «Sembremos y Construyamos Juntos un Nuevo Mundo».